El reflujo gastroesofágico se da cuando el contenido que tenemos en el estómago regresa por el esófago. Los principales síntomas son la pirosis, que es la sensación de acidez, también conocida como ardura. Existe otra que es la regurgitación que consiste en el regreso del contenido del estómago hacia arriba, pero con contenido alimentario. Hay pacientes que incluso tienen rumiación que consiste en regresar la comida, volver a masticarla y tragarla.
¿Quiénes sufren de reflujo?
Dos terceras partes de los recién nacidos pueden llegar a tener este reflujo que se puede manifestar como vómito en ocasiones. En ellos la mayor parte puede llegar a ser normal y solamente se le va a considerar un problema si genera otros síntomas o molestias. Si vemos que un niño presenta reflujo lo primero que se debe de identificar, para descartar que se trata de un reflujo patológico, es si se presenta alguna alteración en el tracto digestivo del pequeño. Puede tratarse de una hernia o que el esófago es muy corto.
En el caso de los adultos, las causas pueden ser diferentes; desde la alimentación, hasta factores de riesgo como la obesidad, o en el embarazo, la presión que genera el abdomen abultado por el feto.
Normalmente cuando pasa la comida del esófago y desciende hasta el estómago hay un músculo que funciona como válvula e impide que la comida regrese. Cuando pasa la comida, esta es una especie de señal que cierra esta válvula. Si la persona come demasiadas grasas, si come picante en exceso, algunos alimentos como la menta o la canela disminuye la fuerza de este músculo, no cierra correctamente y puede haber retorno del contenido del estómago hacia el esófago.
Se pueden llegar a presentar síntomas que a veces no se asocia al reflujo como lo es la tos. Esto se debe a que los ácidos del estómago raspan con la garganta de manera frecuente y generan esta reacción. Además, cuando el paciente está dormido, pequeñas cantidades de ácido pueden pasar a las vías respiratorias y empiezan a afectar al pulmón llegando a generar, incluso, un daño permanente en el mismo. Los pacientes llegan a tener quemaduras en el tejido pulmonar debido a este ácido y a la larga pueden llegar a generar fibrosis pulmonar con problemas respiratorios graves.
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